La cucaracha es una de las especies más exitosas que tiene nuestro planeta. La selección natural jamás ha podido con ellas, y lejos de estar cerca de sucumbir, estos insectos son cada vez más comunes en todo el mundo, habiéndose expandido por todo el planeta gracias a la diversificación de rutas comerciales.
Estos insectos tienen una resistencia estoica ante las adversidades. Una cucaracha puede llegar a soportar un mes sin agua, y entre dos y tres meses sin alimento. Son capaces de soportar un grado de radiación de entre seis y quince veces más que el que puede soportar un ser humano y lo más increíble: ¡las cucarachas pueden sobrevivir dos semanas sin cabeza!
Quizás ya sabías todo eso... todo el tiempo hablamos sobre las características de estos seres que, siendo terriblemente desagradables, son extraordinarios. Pero bien, hay algo que apuesto a que no sabes: ¿por qué las cucarachas siempre mueren panza arriba?
La explicación es muy sencilla, pero interesante. Las cucarachas mueren «panza arriba» por una razón fisiológica muy simple: al morir sus patas se contraen, esto hace que la cucaracha se ladee y de vuelta.
Una vez en esa posición la cucaracha continúa muriendo lentamente: la contraparte negativa de ser una especie tan resistente es, justamente, que demoran mucho en morir y permanecen mucho tiempo en agonía.
Si intentas aplastar una cucaracha con tu pie es probable que no se de vuelta... a menos que no termines de matarla y ella intente seguir en pie y finalmente sucumba de lado y así quede. Si intentas matar una cucaracha con insecticida sucede lo mismo, ya que este ataca su sistema nervioso central causándole espasmos que hacen que caiga dada vuelta.
Pero cuidado, no te dejes engañar. Las cucarachas son tan astutas que suelen quedarse boca arriba aparentando estar muertas para así ahuyentar a las presas y poder escapar una vez éstas estén lejos.