domingo, 9 de febrero de 2014

La guerra de las corrientes

Thomas Edison, considerado el inventor que logró controlar la electricidad, estaba convencido de que un sistema aplicable tendría que basarse en la corriente directa. Cuando el científico Nikola Tesla pareció alcanzar el éxito al crear un sistema basado en corriente alterna, Edison se puso furioso.

Decidido a arruinar la reputación de Tesla, hizo creer al público que el sistema de corriente alterna era inherentemente inseguro y que Tesla era un irresponsable al promoverlo.

Con este fin, utilizó todo tipo de animales domésticos para electrocutarlos con corriente alterna. Como esta acción no resultó argumento suficiente, logró que las autoridades de la prisión del estado de Nueva York organizaran, en 1890, la primera ejecución con shock eléctrico, utilizando corriente alterna.

Pero todos los experimentos de Edison, hasta aquel momento, se habían realizado con animales pequeños, de modo que la carga eléctrica resultó demasiado débil para un ser humano, y el hombre no murió en el primer intento. En una ejecución oficial que acaso haya sido la más cruel de la historia de los Estados Unidos, hubo que repetir el procedimiento, lo que constituyó un espectáculo horrendo.

A pesar de que, a la larga, el nombre de Edison quedó reivindicado, en aquel momento su campaña de desacreditación perjudicó más su propia reputación que la de Tesla, y debió desistir de continuar con ella.

La lección es evidente: nunca vaya demasiado lejos en los ataques de este tipo, porque la mirada de todos se concentrará más en su propia venganza que en la persona a la que usted intenta difamar.

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